lunes, 5 de abril de 2010

Crónica de la recámara de mi bebé



Ustedes no están para saberlo, ni yo para contarlo, pero la casa en la que vivo con mi esposo es muy pequeña, cuando estabamos pensando en vivir juntos buscamos entre una gran variedad de opciones y al final nos decidimos por esta en especial , justamente por su tamaño (y el tamaño de los pagos que tendríamos que hacer mensualmente), la idea, por supuesto, era que en unos años (este año se cumplen 4) nos cambiaríamos a una casa más grande. Por azares del destino el asunto de comprar una casa más grande se ha visto un poco complicado, así es que aquí seguimos, en un espacio de 65 m2 o algo así, así es que hemos tenido que hacer maravillas para acomodar todo lo que tenemos para poder arreglar el cuarto de Nicolás.

Desde luego ha sido toda una odisea pues primero tuvimos que analizar con detenimiento en dónde colocaríamos todos los muebles que teníamos en la que ahora será la recámara de Nicolás y que antes cumplía la función de cuarto de tele, la bronca no solamente era sacar los muebles (un enorme librero, un futón, y todos los triques electrónicos que sirven para nuestro entretenimiento), sino acomodar todo lo que teníamos en la estancia (sala / comedor / oficina) para que todo lo que sacaramos pudiera ser acomodado en ese espacio. Después de hacer varios croquis, medir espacios y muebles y usar la imaginación por fin logramos decidir cómo quedaría todo acomodado y aunque ahora estamos un poquito más amontonados que antes, creo que quedó bastante bien.

El segundo reto fue conseguir a alguien que viniera a ayudarnos a "pimpear" la casa, pues el cuarto Nicolás ya necesitaba una pintadita y al resto de la casa ya le hacía falta una manita de gato... ¡qué horror! para empezar buscamos que la persona que nos ayudara fuera un contratista, pues teníamos la esperanza de que esta personita sería quien correteara al "maistro" que se dedicaría a pintar la fachada (igualando los colores porque el condominio tiene ciertas normas), que desmontaría unos muebles anclados en la pared del cuarto del bebé y los colocaría en su nuevo sitio, que quitaría tooooda la pintura que se estaba cayendo en la pared del baño (por eso del vapor y la humedad), la resanaría y pintaría de nuevo y, finalmente, pintaría las pardes del cuarto de Nicolás.

Resulta que el señor que nos mandaron cumplía con todo el estereotipo que deseabamos evitar, quedó de llegar el primer día en un horario y por supuesto llegó tardísimo, no tenía el equipo necesario para desmontar y montar los muebles, se equivocó de pintura, una vez que logró empezar con su trabajo no se tomó la molestia de colocar algo para que no se ensuciara todo y por supuesto dejó batido el piso y algunos muebles... al día siguiente llegó con su chalán y se fue "a cambiar la pintura" con la que se había equivocado, así es que se fue a las 9:00 de la mañana y regresó a las 2:00 de la tarde con la nueva pintura porque "no se la querían cambiar", ¡si cómo no!, cuando pintó el baño ensucio el cancel de la regadera, el piso, el escusado y al tratar de limpiar, como era esmalte y no se quitaba con agua pues decidió tallar con una fibra y dejar todo rayado... ¡una pesadilla!. En fin, después de unos 4 o 5 días por fin logró terminar y nosotros dejamos de sufrir.

El siguiente paso fue llamar a las personas que nos vendieron los muebles de Nicolás para que los trajeran a la casa, esos muebles fueron comprados en las rebajas de enero y desde entonces habíamos sido muy pacientes en que los fabricarán y tuvieran listos para este momento. Pues bien, resulta que nos comunicamos para que los entregarán en nuestra casa y ese mismo día en la tarde nos llamaron para decirnos que no los podían traer porque algo había sucedido con el barniz y el chiste era que los tenían que volver a pintar y barnizar, así es que la entrega se retrasó hasta el fin de semana, por supuesto el viernes nos volvieron a llamar para avisarnos que no los entregarían el sábado, sino que llegarían el martes de semana santa (es decir, la semana pasada), finalmente trajeron los muebles el miércoles. Todo estaba muy bien, los señores que vinieron a entregar los muebles me ayudaron a armarlos y acomodarlos en la recámara (una cama/cuna, dos burós, un ropero y una minicuna o moisés) yyyyy ¿qué creen? el moisés no se mecía bien y los burós eran de diferente tamaño, así es que se los llevaron y se supone que esta semana ya me los entregan como deberían de estar, jajajaja. 

Total que llevo como un mes tratando de que la recámara de Nicolás quede lista para recibirlo a finales de mayo o principios de junio y nada más no puedo terminar. Espero que esta semana ya traigan los muebles que faltan (junto con el colchón que acabamos de comprar) y ya pueda hacer los detalles decorativos y todo lo que haga falta. Ya les contaré cómo me fue.


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