domingo, 11 de julio de 2010

Otra carta del abuelo




Hace poco compartí con ustedes una cartita que el abuelo de Nicolás (el papá de su papá) le había escrito desde antes de que naciera, pues bien ahora quiero compartirles una segunda cartita que escribió ahora que Nicolás ya está con nosotros. Espero que les guste, tanto como a mi, saber sobre el significado del nombre de mi bebé, y muchas gracias al abuelo por regalarle a Nico tan lindas palabras de amor y un lindo propósito para motivarlo en la vida: compartir lo que tenemos con los que tienen menos.


Querétaro, Querétaro.
10 de junio de 2010

Querido  Nicolás:

He tratado de portarme bien desde que supe que tú venías a traernos un gran regalo. El  regalo ya llegó, y eres tu mismo. Un regalito de amor.  ¿Sabías que amar es dar vida? Pues  tú me has dado vida.
Tu nombre tiene una historia muy hermosa que voy a contarte:
Todos los pueblos del mundo quieren mucho a los niños y les llevan regalos de diferentes formas, casi  siempre cerca de la Navidad, cuando hace dos mil años nació un niño que trajo paz a la tierra -se llama Jesús-  y  tres magos, hombres sabios que venían del oriente, lo buscaron guiados por una estrella, como un cometa,  y cuando lo encontraron le dieron oro, incienso y mirra (una planta que mitiga el dolor). Hasta nuestros días  todavía traen obsequios el día 6 de enero de cada año.
Y… ¿Qué crees? Un señor que se llamaba Nicolás, como tú, también le gustaba dar regalos. Nació  en Turquía,  hace muchos años; se le conoce como Nicolás de Bari porque en  Italia, a la orilla del mar, en la ciudad de Bari, están sus restos. Cuando se murieron sus papás heredó una inmensa fortuna, repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje.  Es patrono de los marineros y de los niños a quienes defiende cuando están en peligro. ¿Sabias que tu nombre significa “Protector y defensor de pueblos”?
Logró numerosos milagros, como el de la sanación de varios niños, a quienes un criminal hirió con un cuchillo, y  San Nicolás, al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea. También en la ciudad de Mira allá en Turquía donde era obispo, había un anciano pobre con tres hijas y no lograba que se casaran por ser tan pobres. Entonces  San Nicolás, por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.
Se le representa con su indumentaria propia de obispo y a sus pies están unos niños. Originalmente repartía  dulces y regalos el 6 de diciembre, conmemorando el día que murió  en el año 345.
Al pasar el tiempo, la fama de Nicolás corrió por Oriente y Occidente. En Europa, en Francia,  se le conoció como Papá Noel (Papá Navidad), los alemanes le llamaban Saint Nikolaus,  los holandeses Sinterklaas, y en “Nueva Amsterdam” (actualmente Nueva York) surgió el Santa Claus gringo, que poco a poco fue transformándose, hasta que en 1931 la empresa Coca Cola, donde trabaja tu  papá, lo popularizó vestido de rojo, gordo y con unas barbas blancas. Y la ventana de San Nicolás donde metía su ayuda se convirtió en la chimenea de Santa Claus para entrar con sus regalos. Por cierto, va por el cielo en un trineo que jalan unos renos muy simpáticos. Hay uno  con su nariz roja y brillante que se llama Rudolph.
Pero ahora Santa Clós anda perdido y  le lleva más regalos a los niños ricos que a los niños pobres. Se trata de comprar y comprar, un juego de  acumulación y de insatisfacción, tener mucho y no estar contentos. Ya no se trata de compartir con los indigentes, y los niños pobres son excluidos.
 Las cosas van a cambiar,  las mujeres y los hombres de la Tierra vamos a compartir los bienes espirituales y materiales. Cada uno con los que tenga cerca, con los próximos, y así amarlos como a nosotros mismos. Nicolás, todos juntos lo vamos a lograr, ya lo  veras. La Historia va a tener un final feliz.
Te ama tu abuelo Gerardo.


1 comentario:

YOYIS dijo...

Un aplauso para el Abuelo Gerardo. Mi admiración para la gente que escribe tan elocuente como ustedes...