viernes, 12 de agosto de 2011

El contacto con la naturaleza



Siempre he pensado que para ofrecerle una educación integral a nuestros niños, debemos enseñarles a cuidar y respetar la naturaleza, para lograr esto primero deben conocerla. Permitir que los pequeños tengan un contacto cercano con el medio ambiente, con las plantas y los animales de modo que puedan percibirlos como parte importante de sus vidas, desarrollará en ellos una conciencia ecológica y les permitirá crecer con más armonía con todo lo que les rodea.

Como papás debemos estar conscientes de que la manera en como nuestros hijos construyen su mundo es diferente a la nuestra y que el impacto que tienen sus experiencias desde pequeños marcarán sus pautas de comportamiento en el futuro. Si nos consideramos adultos responsables, nos preocupamos por la situación de nuestro planeta y nos parece importante llevar a cabo acciones para cuidarlo y mantenerlo vivo para las futuras generaciones, debemos empezar por ser un ejemplo para nuestros niños y enseñarles a tener un vínculo más cercano con la tierra y, en general, todo lo que les rodea.

Por esta razón es que hoy quiero compartirles algunos tips que pueden llevar a la práctica para motivar a sus hijos (nietos, sobrinos, estudiantes) a estrechar lazos con la naturaleza y tener vidas más verdes:

  • La exploración permite que los niños sientan que el mundo es un lugar seguro, interesante y amistoso. Siempre que tengas oportunidad, sal con tus pequeños al jardín, llévalos a un parque, vayan de paseo al campo y exploren el espacio. Observen las plantas, los animales y los objetos que hay en el lugar y platiquen sobre sus hallazgos. Si muestras entusiasmo en este tipo de actividades (permitiendo que se mojen y se ensucien), ayudarás a que tus hijos desarrollen su curiosidad, aumentará su capacidad de asombro y respeto por lo que los rodea y estarán más abiertos a aprender.
  • Muéstrale a tu bebé lo linda que puede ser la naturaleza a través de pequeñas acciones. Recostarse en el pasto, pasear en la carriola debajo de la sombra de los árboles o mirar de lejos a los animales puede ser una buena experiencia que tu bebé disfrutará.
  • Deja que la naturaleza entre a tu casa, procura tener plantas o comprar flores naturales para decorarla, de este modo tu pequeño lo verá como algo normal y bello dentro de su hogar. Si puedes y quieres también es buena idea tener una mascota e involucrar a los pequeños en su cuidado, no forsozamente tienen que comprar un perro, pueden tener un canario, un pez o una tortuga que requieren de menos cuidados.
  • Asómate con tu bebé por la ventana y observen caer las gotas de lluvia, o el viento mover las hojas de los árboles. Enséñale a apreciar los rayos del sol sobre su cuerpo o las figuras que forman las nubes en el cielo. Por las mañanas muéstrale a tu pequeño cómo cantan los pajaritos o cómo lo hacen por las noches los grillitos.
  • Salgan a caminar cuando sea posible, de modo que el coche no sea la única forma en que tus hijos se movilicen a todos lados.
  • Planten un árbol o siembren una plantita en una maceta y enséñale a tus niños a cuidarlas con amor y a no maltratarlas. Si tienes la posibilidad pueden tener un pequeño huerto en casa o una maceta con hierbas comestibles, de este modo comprenderá que la naturaleza también nos alimenta.
  • Enséñale a tus pequeños a sentirse agradecidos por las cosas sencillas pero importantes que nos rodean como el sol, la lluvia, el viento o las flores.
  • Invita a los chiquitos a que dibujen aquello que observan en la naturaleza, pueden hacer álbumes con dibujos de distintos tipos de hojas, flores o bichos. Si tus hijos tienen un animal preferido pueden aprender juntos de sus características a través de libros, revistas especializadas, programas de televisión o visitas al zoológico.
  • Si tienen la oportunidad de salir o vivir fuera de la ciudad, dénse el tiempo de observar el cielo de noche, analizar las estrellas y buscar constelaciones.
  • Construyan un papalote, un rehilete o cualquier juguete que funcione con viento (pueden navegar con pequeños barcos de papel o juguete) y descubran todo lo que el viento es capaz de hacer.
  • Vayan de campamento en alguna ocasión para disfrutar de cerca un hábitat en específico. Yo sé que a veces es difícil, en lo personal no me gusta acampar y prefiero la comodidad, pero una vez al año no hace daño y puede ser un bonito recuerdo familiar. Si de plano la idea no te motiva, pueden ir a algún sitio con cabañas o un hotel rural para poder estar en contacto con la naturaleza.
  • Visiten una granja y conozcan cómo funciona, qué cosas siembran y cultivan, qué animales hay y cómo los cuidan, etc. hay muchas cosas que podrán aprender con esta actividad.

En fin, hay muchas, pero muchas cosas que se pueden hacer. Aquí hay solamente algunas, creo que no es difícil ponerlas en práctica, sólo es cuestión de voluntad... ya verán que en el futuro sus hijos tendrán lindos recuerdos de su infancia, de los momentos que pasaron en familia y de lo importante que es cuidar a nuestro planeta.

Planeando la visita al zoológico, se despide La Mamá de Nicolás.



1 comentario:

Adriana dijo...

Qué entrada tan interesante. Los niños son especialmente receptivos al contacto con la naturaleza y tenemos que aprovecharlo. Ellos serán los más felices.
Saludos :)