domingo, 1 de julio de 2012

Elecciones 2012



Hoy es un día especial, hoy por tercera vez en mi vida tuve que emitir mi voto para elegir al futuro presidente de la República. Desde muy temprano le explicamos a Nicolás que hoy teníamos que ir a votar y que él nos iba a acompañar. Mi chiquito, cuando escuchó que votaríamos, eligió una pelota para cada quien y se dirigió a la puerta gritando "¡vámonos!" jajajaja, me encanta.

A medio día, mi pequeño, su papá y yo fuimos a la casilla que nos correspondía para votar. Tuvimos que formarnos en una fila de cerca de 20 personas, pero no tuvimos que esperar mucho para que fuera nuestro turno. Nicolás decidió acompañarme, así es que su trabajo era detenerme el bolígrafo (porque yo si llevé el mío, por eso de que el lápiz del IFE fuera un fraude) y después de ver cómo marcaba la primer boleta decidió decirme cuál elegir en la segunda, me decía "este mamá, este está bonito" jajajaja, le tuve que explicar que el dibujo no era tan importante como el nombre de la persona que aparecía a un lado; así es que se fijó cuál casilla había marcado en ambas boletas, en el resto me señaló las del mismo partido "aquí mamá, aquí".

Me encantó que mi pequeño pudiera acompañarnos y empezar sus primeras enseñanzas de participación ciudadana, tan importantes hoy en día, sobre todo en nuestro país. Hoy, después de las 6:00 de la tarde, pasaremos de nuevo a nuestra casilla para fotografíar la manta de resultados, pues los movimientos sociales y estudiantiles que se han organizado en el marco de estas elecciones (tan trascendentales para los mexicanos) lo han recomendado.

En fin, ahora solamente debemos esperar a conocer cuál será el destino de nuestra nación para el siguiente sexenio, debo confesar que, por primera vez en la vida, me siento nerviosa y preocupada por conocer los resultados electorales... espero, con todo mi corazón, que en esta ocasión los ciudadanos logremos imponer la justicia y la legalidad y que no seamos víctimas del poder inconciente de los partidos políticos y sus aliados, interesados solamente en su propio bienestar y no en el bien común de nuestra nación.

Con los dedos cruzados y la fe puesta en la participación de todos, se despide La Mamá de Nicolás.


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